El volcanólogo y director del Instituto Milenio conversó con Santiago TV de la Universidad de Santiago sobre la actividad volcánica en nuestro país, debido a la contingencia noticiosa del volcán Tupungatito, que tuvo un aumento de actividad sísmica asociada a fracturamiento de rocas.

El volcanólogo y director del Instituto Milenio conversó con Santiago TV de la Universidad de Santiago sobre la actividad volcánica en nuestro país, debido a la contingencia noticiosa del volcán Tupungatito, que tuvo un aumento de actividad sísmica asociada a fracturamiento de rocas.

Nuestro país conocido por su recurrente actividad volcánica a lo largo y ancho del territorio, alberga al menos 90 volcanes activos y potenciales activos, que acompañan el paisaje nacional con su majestuosidad, pero también con un escenario de fenómenos naturales impredecibles para la población.

“Los volcanes pueden tener una actividad sorpresiva e impredecible. En general en Chile y en el mundo suelen tener un comportamiento donde pueden pasar muchos años sin actividad y, sin aviso previo, o con muy poco tiempo de anticipación, hacen erupción. Un buen ejemplo, es el caso del volcán Chaitén en 2008”, comentó el volcanólogo y doctor en geología Felipe Aguilera en el programa Santiago TV de la Universidad Usach.

Pero existen otro tipo de volcanes, agrega, que tienen recurrencias larguísimas de cientos de miles de años. “Esos volcanes ‘dormidos’ son los más peligrosos”, advierte el doctor Aguilera. Pues se trata de volcanes que la comunidad científica los cataloga como “potencialmente activos”, que presentan actividad interna, pero no se manifiesta en superficie como por ejemplo actividad fumarólica, por lo tanto, tienen menos prioridad. Algunos incluso, no cuentan con estaciones de monitoreo.

Actividad volcánica

Recientemente, el volcán Tupungatito ubicado en la Región Metropolitana, puso en alerta a las autoridades, debido a un aumento en la actividad sísmica asociada a fracturamiento de rocas en zonas aledañas al volcán, por lo que el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, Senapred, decretó Alerta Verde. Este evento puso en discusión la inquietante actividad volcánica del país, pues a pesar de contar con una importante Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV) –liderada por Sernageomin, y que cuenta con estaciones en 47 volcanes activos del país–, es difícil anticiparse a un evento eruptivo.

Felipe Aguilera, doctor en geología y académico de la UNAB, lo describe de manera sencilla pero precisa: “Chile es un país de volcanes activos y de erupciones caprichosas”. A diferencia de los terremotos, en el país la recurrencia de las erupciones volcánicas no tiene un patrón definido: “Los grandes terremotos tienden a ser mucho más ‘regulares’, porque siempre escuchamos que después de 100 años una zona que no ha tenido terremotos, se encuentra en estado de madurez para que ocurra uno. En el caso de los volcanes esa recurrencia no es tan clara, porque los volcanes tienden a ser bastante más caprichosos en ese sentido», detalló el vulcanólogo.

Entonces hay algunos que tienen una recurrencia alta de actividad, continúa el experto, por ejemplo, el volcán Villarrica, que encabeza el ranking de volcanes más peligrosos en Chile. De acuerdo al experto, éste se encuentra constantemente haciendo erupción, pero ha tenido un período de tranquilidad ya que incluso en 2015, su erupción fue breve y relativamente sin consecuencias.

“Pareciera entonces que la naturaleza de los volcanes es impredecible ya que muchas veces, se pueden detectar anomalías como incremento de los sismos o desgasificación, sin embargo, esto no siempre se traduce en una erupción, solo actividad volcánica esperada para un gigante que no está dormido”, asegura el experto.