Sebastián García, volcanólogo y director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica, y Felipe Aguilera, director Ckelar Volcanes y académico de Geología UCN, analizaron las estrategias que enfrentan los observatorios para la vigilancia de los volcanes activos.
¿De qué manera enfrentan los observatorios volcanológicos y los centros científicos la vigilancia de volcanes activos? Esta fue la temática que abordamos en el último encuentro de “Los volcanes tiene sus ciencia” realizado en noviembre llamada: “Vigilancia volcánica: estrategias de instrumentación en instituciones públicas y científicas”.
Las charlas estuvieron a cargo de Sebastián García, volcanólogo y director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica, y Felipe Aguilera, director Ckelar Volcanes y académico de Geología UCN, junto a la moderación de Alexandra Fuentealba encarga de logística de Ckelar Volcanes.
De acuerdo al experto en metodologías de monitoreo volcánico en la Universidad de Hilo en Hawaii, Sebastián García, Argentina, es uno de los países que cuenta con el observatorio volcanológico más joven del mundo. Por lo tanto, contar con instrumentación, monitoreo de volcanes y contar con alertas tempranas de erupciones es muy reciente.
Contexto geológico
“Argentina tiene una cordillera de Los Andes compartida con Chile, donde existen 120 volcanes considerados activos, en distintas zonas del país, con ausencia de volcanes en la Rioja, San Juan. Sin embargo, 39 volcanes de estos volcanes están enteramente en Argentina, o mitad compartido con Chile, que es una cantidad bastante importante”, explica el volcanólogo.
Sin embargo, agrega, en Argentina persiste una baja percepción de riesgo volcánico, porque los argentinos creen que todos los volcanes activos están en Chile. “Pero aun así, cuando erupcionan volcanes en Chile, por la prominencia de los vientos, nos toca a nosotros recibir las cenizas volcánicas de nuestros queridos amigos chilenos”.
Según el experto argentino, “uno de los grandes hitos que hemos logrado en estos últimos años fue ampliar nuestra red de monitoreo al continente antártico ya que Argentina se visualiza como un país bicontinental”.
Chile y sus instrumentos de monitoreo
En Chile, comentó el director de Ckelar Volcanes, Felipe Aguilera, en su charla, existe un organismo oficial encargado de la vigilancia volcánica: que es Sernageomin. “Actualmente ellos cuentan con 45 volcánicos que están monitoreados, pero algunas tienen tienen limitaciones. Por ejemplo, el Villarrica (por ser el más activo) tiene gran cantidad de estaciones de monitoreo, y se aplican una variedad de técnicas bastante alta, pero la mayoría de los otros volcanes activos solo cuentan con un cantidad limitada de instrumental como los sismómetro”.
De acuerdo al académico de la UCN, los sismómetros permiten conocer un poco la actividad de un volcán en particular, pero no entender el proceso. Eso se explica, indica el doctor Aguilera, porque el monitoreo volcánico tiene un objetivo, que es detectar actividad para responder rápidamente a la ocurrencia de una erupción.
“Contar con poca instrumentación responde a problemáticas mayores como la extensión de nuestro territorio, pero también presupuestarios. Lamentablemente, el presupuesto desde que inició el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur, en 2018, cada año ha existido un decrecimiento, esto no ayuda a llevar una mejora de su instrumentación, ni menos cubrirlos en su totalidad”.
Esa realidad es aún más dura en la zona norte de Chile: solo 9 volcanes activos cuentan con instrumentación para su monitoreo, que corresponde al 15% de la total instrumentación del país. Por lo tanto, dice el volcanólogo chilenos, en este contexto surge el Instituto Milenio Ckelar generando estrategias para poder contribuir en el entendimiento volcánico. Primero preparando personas a nivel de doctorados y máster en Chile, a través de convenios de colaboración internacional y nacional y luego, generando diversificar las áreas de investigación, y adquisición de nuevos instrumentos, entre otras cosas”.