Los estudios encabezados por la doctora Susana Layana del IM Ckelar Volcanes, consistieron en un seguimiento sobre las descargas fumarólicas y su contenido geoquímico entre los años 2006 y 2019 en el macizo que se ubica en la Región de Antofagasta.
Es fundamental poder asociar y utilizar datos de diferentes técnicas de monitoreo para distinguir entre los posibles precursores de erupciones volcánicas y los cambios relacionados con procesos no eruptivos. Por esta razón, un grupo internacional de volcanólogos liderados por la investigadora postdoctorante del Instituto Milenio Ckelar Volcanes, Susana Layana, realizó un seguimiento del volcán Lastarria en el norte de Chile por más de una década.
Las mediciones de dióxido de azufre y los estudios químicos de gases realizados en el volcán Lastarria durante 13 años, revelaron un aumento persistente de emisiones de gases de origen magmático desde finales de noviembre de 2012, tras intenso levantamiento del suelo. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Frontiers in Earth Science, con el artículo llamado “Evolution of the magmatic-hydrothermal system at Lastarria volcano (Northern Chile) between 2006 and 2019: Insights from fluid geochemistry”.
La doctora Layana junto al equipo de volcanólogos, –conformado por Felipe Aguilera, Manuel Inostroza y Cristóbal González de Chile, además de los investigadores ingleses Thomas Charles Wilkes y Tom Pering, más Stefan Bredemeyer de Alemania, Andrew McGonigle de Australia y el científico italiano Franco Tassi–, usaron una combinación de técnicas: muestreo directo (datos más antiguos) con mediciones de dióxido de azufre a través del DOAS (espectrómetro de correlación óptica diferencial) y cámaras UV, donde ambas determinan flujos de dióxido de azufre calculados a través de distintos métodos.
Muestreo directo y remoto
Según la investigadora Susana Layana, generalmente se trabaja en conjunto con los datos para poder tener un análisis mucho más certero, puesto que ambos equipos son sensores remotos, es decir, miden la emisión de gas a distancia, a diferencia del muestreo directo en donde el dato se saca apenas está saliendo de la fumarola. En efecto, indica la experta, “durante los años de estudio y mediciones el volcán presentó cambios que no se hubieran podido determinar si no se efectuaba el trabajo de monitoreo constante que hemos realizado en Ckelar”.
¿Por qué estudiar el volcán Lastarria? Por un lado, porque no ha tenido actividad eruptiva en tiempos históricos. Este es un sistema hidrotermal, en donde los componentes magmáticos del volcán están ocultos por este sistema dominante. En un determinado momento de la investigación, los expertos notaron que el sistema comenzó a decaer causando el aumento del sistema magmático. “Muchas veces el aumento del sistema magmático puede causar una erupción volcánica, como en otras (es una mayor probabilidad), el volcán presenta cambios o inestabilidades, pero no siempre desencadena en una erupción, como es el caso del Lastarria”, explica la volcanóloga.
Los científicos, descubrieron que a pesar de no hacer erupción en cientos de años (situación por las que no se investiga o no genera interés científico), el volcán Lastarria ha presentado muchas variaciones en su sistema interno, por ende, el que no haga actividad eruptiva en mucho tiempo no quiere decir que no lo pueda hacer en el futuro.
Deformación del suelo
Susana Layana complementa que el volcán tuvo estos cambios como respuesta a variaciones mucho más profundas: “Lo que vimos es que, en 1998 por estudios anteriores, el volcán presentó una deformación. Lo que quiere decir esto es que el suelo empieza a cambiar, comenzó a inflarse y luego en algún momento esto cesa (lo que no quiere decir que el volcán se hunda), sino que el volcán crece, se detiene, y años más tarde se ven cambios más superficiales. Esta deformación es a una escala mucho más regional, un área mucho más grande en donde se encuentra el volcán Lastarria”.
Dentro de las proyecciones del estudio, los expertos planean seguir investigando estas reacciones del volcán Lastarria, con el objetivo de saber si estas tendencias son cíclicas, es una respuesta a la deformación o simplemente una combinación de más de un proceso. “Cualquier cambio que veamos, agrega Layana, nos permite de cierta forma entender el volcán, pero también quizás hacer una proyección de cómo se pueden comportar los otros volcanes que geológicamente son similares, sobre todo en el norte de Chile”.
La investigadora explica que los volcanes del norte presentan fumarolas, están controlados por el sistema hidrotermal y no tienen –en general– erupciones recientes como el volcán Lastarria. “Se entiende que los volcanes funcionan todos de forma distinta, pero sí nos puede ir dando luces de cómo entenderlos o cuales son los principales procesos que controlan la actividad de los volcanes”, concluyó la experta.
Autor: Jair Yáñez, estudiante en práctica Ckelar Volcanes
Crédito fotos: Ckelar Volcanes, Susana Layana