Este volcán, ubicado en la isla de Sicilia en Italia, tuvo violentos pulsos eruptivos a principios de junio, con una columna con una altura más de 5 kilómetros, flujos piroclásticos que descendieron por su ladera sureste, y coladas de lava, que atrajo turistas que tuvieron que ser rápidamente evacuados.
El volcán Etna es el más imponente de Europa. No solo es el más alto (3.403 metros de altura), sino que además, es uno de los más activos del mundo y su superficie abarca más de 1.190 kilómetros cuadrados de la isla italiana de Sicilia. Es decir, una buena parte de la población vive prácticamente en sus faldas con el atractivo turístico y el riesgo que eso implica. Su cumbre tiene cuatro cráteres que entran en actividad prácticamente todo el año.
Si bien en las última décadas ha mantenido una actividad constante, el último pulso eruptivo de junio trajo consigo una gran explosión con una columna de cenizas de más de 5 kilómetros de altura, lo que provocó el colapso parcial del cráter sureste, generando a su vez, flujos piroclásticos y emisiones de lava que provocaron la evacuación rápida de turistas en las zonas aledañas al macizo italiano.
De acuerdo al volcanólogo y director del Instituto Milenio Ckelar Volcanes, Felipe Aguilera, es precisamente la configuración tectónica donde encuentra el Etna la que provoca tal actividad volcánica: “Este volcán está ubicado en una zona de expansión de la Tierra, por lo que en forma constante se está abriendo dando paso expedito de la lava a la superficie. Es decir, las características estructurales del sitio hacen que el magma ascienda de forma rápida”.
Fuentes de lava
El volcán Etna, agrega el académico de la Universidad Andrés Bello, presenta varios tipos de erupciones pero lo más regulares son fuentes de lava y erupciones estrombolianas, vale decir, moderadamente explosivas de magma. “Menos frecuente son las erupciones explosivas con un alto contenido de tefra (columna de cenizas y otros productos volcánicos eyectados del cráter del volcán) que provoca colapsos de la estructura volcánica y, a su vez, flujos piroclásticos peligrosos como ocurrió hace unos pocos días, explica.
A pesar de que este volcán está extremadamente monitoreado, asegura el experto Ckelar, permitiendo un pronóstico de erupciones muy acertado –lo que le da a tiempo a la autoridad de protección civil para alertar a las comunidades y los operadores turísticos con cierta antelación–, existen tipos de erupciones muy violentas que son impredecibles y muy riesgosas.
En nuestro país ocurre algo similar que en Italia, advierte el doctor Felipe Aguilera : “Si bien los volcanes más activos están muy bien monitoreados y es posible adelantarse a una posible erupción, existen tipos de actividad volcánicas que son muy disruptivas y son un riesgo como la erupción de 2015 en el volcán Calbuco o la de diciembre de 2022 en el volcán Lascar, donde un grupo de turistas casi fue alcanzado por un flujo piroclástico».
Por lo tanto, agrega el volcanólogo UNAB, aquí lo importante es educar a la población, ya que visitar volcanes activos siempre es un riesgo y hay que estar preparados. “Es necesario subir los volcanes con un buen equipamiento, eso quiere decir, con cascos de escalada con un buen nivel de resistencia y ropa adecuada, alimento y líquido. Por otro lado, no llevar objetos muy pesados para poder evacuar con facilidad, conocer las vías de emergencias o evacuación, y saber dónde están ubicadas las zonas seguras”, concluye.
Escrita por Débora Gutiérrez.
Fotos 1: Davide Caliò.
Foto 2: Copernicus Sentinel data (2025) y ESA.