Un grupo de científicos liderados por la académica de Geología de la Universidad de Concepción e investigadora principal de Ckelar Volcanes, Verónica Oliveros, realizó muestreo en terreno de dos domos del volcán activo ubicado en la frontera con Bolivia en la Región de Arica y Parinacota.
El altiplano chileno tiene numerosos volcanes considerados activos, por lo tanto, con potencial para erupcionar. Muchos de ellos son monitoreados y estudiados por científicos para conocer cómo han erupcionado en el pasado y así conocer algunas señales de actividad volcánica en el futuro. El Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico – Ckelar Volcanes, realizó un terreno específicamente al volcán Guallatiri, un macizo activo ubicado en el altiplano del norte de Chile, cercano a la frontera con Bolivia, en la región de Arica y Parinacota.
El complejo volcánico Guallatiri, conocido localmente como Huallatiri, Huallatire, Guallatire o Punata, corresponde a un estratovolcán compuesto, considerado activo hace alrededor de 710 mil años. Este volcán se caracteriza por una superposición de domos, lavas-domo, depósitos piroclásticos de flujo, depósitos laháricos y depósitos de caída de tefras. Depósitos que el grupo de geólogos y geólogas de Ckelar volcanes fue a estudiar in situ, específicamente a los domos Tinto y Sur del Guallatiri.
Condiciones pre-eruptivas
Según explica la doctora Verónica Oliveros, académica de Geología de la Universidad de Concepción e investigadora de Ckelar Volcanes, el terreno consistió en buscar depósitos de tefra (material expulsado por una erupción volcánica) para poder estudiar minerales máficos, que son aquellas rocas que tienen abundante magnesio y hierro, y que permiten conocer las condiciones pre-eruptivas del volcán.
“Es decir las condiciones de presión, temperatura y fugacidad de oxígeno antes de que ocurra la erupción o ascenso final del magma, de manera de poder distinguir aquellas señales, que nos podrían indicar con antelación que el Guallatiri está entrando en una actividad eruptiva”, explica Verónica Oliveros.
La última erupción del complejo volcánico Guallatiri ocurrió en 1960, pero cuenta con numerosos registros de actividad durante los últimos dos siglos. De acuerdo a los expertos, las erupciones de este volcán nortino, se caracterizan por abundante desgasificación y depósitos de tefra en las inmediaciones del edificio volcánico. En la actualidad la actividad del volcán está asociada principalmente a enjambres microsísmicos y desgasificación expresada en numerosas fumarolas.
El Guallatiri se monitorea y estudia, por su potencial impacto en los poblados aledaños: Guallatire y Ancuta. Una erupción explosiva de mayor magnitud, ocasionaría caída de material piroclástico en zonas distantes incluso a cientos de kilómetros. Asimismo, la existencia de un glacial constituye una fuente potencial para la generación de lahares, de ocurrir una erupción.