La investigadora magíster de Ecuador, Michelle Villalta, estudiará el comportamiento del Lascar, ubicado en el Desierto de Atacama en la Región de Antofagasta, para poder entender lo que sucede en su interior y crear un modelo que clasifique su naturaleza.
“Cada volcán tiene su propia personalidad y a pesar de que cada uno de ellos es único en su comportamiento y tiene características específicas, existen ciertas cualidades, una serie de rasgos que podemos observar los volcanólogos para entender y clasificar su naturaleza”, explica la investigadora magíster del Instituto Milenio Ckelar Volcanes, Michelle Villalta, quien busca entender el comportamiento del volcán Lascar, un estratovolcán de más de 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar, a partir del análisis de su sismicidad entre los años 2021 y 2023.
Los volcanes activos presentan actividad constantemente en Chile y el mundo. En un día “normal” los instrumentos de monitoreo volcánico pueden captar las “pequeñas vibraciones” del macizo, que pueden registrar algunas decenas de datos. De acuerdo a la experta, cuando aumenta la actividad se pueden registrar cientos de sismos en un solo día, lo que no significa necesariamente que el volcán entrará en actividad eruptiva.
“Puede que ese volcán solo esté presentando algún cambio interno, como un ascenso en el nivel del magma, un fracturamiento en el edificio volcánico (estructura interna del volcán), u otro indicio de actividad. Todo eso debemos estudiarlo para entender qué es lo que está pasando realmente con ese volcán”, afirma Michelle Villalta.
Precursores volcánicos
El estudio de la volcanóloga Ckelar, por sí mismo, busca identificar los precursores de actividad volcánica específicamente en el volcán Lascar, es decir, indicadores que presenten una alta probabilidad de que ocurra una erupción. Estos precursores pueden estar relacionados a diversos procesos de actividad interna del volcán, y se pueden presentar en periodos de horas, semanas, meses o incluso, años. “Pero no todos los volcanes pueden manifestar señales precursoras y no todos los indicios de aumento de los precursores terminan en erupción”, puntualiza la científica.
Identificar precursores de actividad en los volcanes puede ser bastante complejo y se pueden reconocer a partir de diversos métodos. En este estudio se busca reconocer estos precursores, mediante el análisis de series de tiempo de datos sísmicos y así, determinar si los precursores identificados están correlacionados con la actividad volcánica.
A partir del análisis del conjunto de los datos sísmicos, la investigadora podrá obtener un umbral de la actividad del volcán, y así poder observar los períodos en los que ocurre algún evento o proceso interno en el volcán. Esto permitiría incluso, obtener una clasificación de esta actividad interna, en base a los sismos, y que se puede categorizar en tres niveles: donde algunos datos “no presentan actividad significante”, u otros se pueden entender como “inestables”, o presenta “actividad eruptiva”.
La personalidad de los volcanes
Lo que permitirá este proyecto para obtener el grado de Magíster en la Universidad Católica del Norte, finalmente, es entender de mejor manera la “personalidad” del volcán, es decir, cómo se comporta en el tiempo, cuáles son los factores que desencadenan actividad inusual, observando los sismos del volcán, pero también, complementarlo con datos multiparamétricos, como el análisis de los flujos de SO2, y la radiancia termal que se obtiene desde imágenes satelitales para ver la temperatura del volcán, entre otros.
“El conjunto de todos estos datos analizados, me permitirá tener la información para poder entender cómo se comporta el volcán y si en los datos complementarios se observa que ocurre algo y en la sismicidad se refleja lo mismo, se puede acotar de mejor manera los períodos en los que ocurre cierta actividad, para tener un mejor entendimiento de los potenciales mecanismos de actividad, o incluso eruptivos del volcán”, explica la volcanóloga Michelle Villalta.
El modelo entregará conocimiento de muchos aspectos del volcán a partir de su sismicidad y, a futuro, cuando los instrumentos transmitan datos en tiempo real en el volcán más activo del norte de Chile, el modelo podría aplicarse para contribuir en el pronóstico de su actividad eruptiva.