La volcanóloga mexicana e investigadora doctorante del Instituto Milenio para la Investigación en Riesgo Volcánico – Ckelar Volcanes, Ivonne Martínez, entrega detalles de su última actividad y de los riesgos asociados a un macizo que se encuentra ubicado a 10 kilómetros del poblado de Cholula y a 72 de la capital mexicana.
El Popocatépetl es el volcán más joven y más activo del Complejo Volcánico Sierra Nevada ubicado en el corazón de México, a tan solo 72 kilómetros de su capital. Estos últimos meses la “montaña que humea” –traducción de su nombre en náhuatl– ha sido objeto mediático por su intensa actividad volcánica, con expulsiones de material incandescente y verdaderas emanaciones de cenizas a localidades tan cercanas del macizo como Cholula (10 km.) o Puebla (43 km.).
Desde marzo de este año, la actividad del Popocatépetl comenzó a ser más intensa, principalmente por el aumento de la sismicidad y la emisión de gases. En las últimas semanas, en tanto, esa actividad volcánica se tradujo en una gran cantidad de explosiones y, con esto, la expulsión de cenizas a los poblados más cercanos, pasando en mayo a Fase 3 en México. Esto corresponde al color amarillo y significa preparación para una posible evacuación.
Este volcán en particular, explica Ivonne Martínez, volcanóloga mexicana e investigadora doctorante del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico – Ckelar Volcánica, es el segundo más activo de México y catalogado como uno de los más peligroso del país y el mundo, especialmente por la cercanía a lugares densamente poblados y a infraestructura crítica. “Por cercanía a comunidades y potencial de erupción diría que lo más similar en Chile es el volcán Villarrica o el Calbuco”.
Volcán en reposo
De acuerdo a la experta, antes de diciembre de 1994, el Popocatépetl se mantuvo en periodo de reposo por aproximadamente 1000 años, después de un periodo eruptivo violento que se tiene registro y que forzó a la comunidades prehispánicas a mudarse temporalmente, en lo que hoy es Cholula, Cacaxtla y Xochitecatl. “A partir de 1994 ha tenido varios periodos de alta actividad, en el 2000 se evacuaron a las comunidades más cercanas (Santiago Xalitzintla y San Pedro Benito Juárez, en Puebla) y muchas comunidades hacia el oeste del volcán sufrieron por caída de ceniza que incluso llegó hasta Ciudad de México”, comenta la volcanóloga.
El “Popo” como es conocido en México, está clasificado como un estratovolcán, es decir, que está compuesto por diferentes capas que se han ido formando en cada una de las muchas fases de su larga vida eruptiva en miles de años. Por lo mismo, es uno de los volcanes más altos del país azteca –5.452 m sobre el nivel del mar–, después de Pico de Orizaba o Citlaltépetl. Ivonne Martínez explica que este estratovolcán tiene erupciones de tipo estrombolianas, vulcanianas y pocas plinianas con Índice de Explosividad Volcánica (VEI) hasta 5, siendo el valor 8 el de mayor magnitud o potencia.
Según la experta mexicana, las erupciones con más alta probabilidad son las de baja magnitud, caso que vemos hoy en día con el Popocatépetl. “Para los fenómenos de flujos de lava, flujos piroclásticos y balísticos, las áreas posiblemente afectadas se encuentran en el radio de exclusión de 12 kilómetros en torno al volcán, por lo que las comunidades dentro de esta área sí quedarían expuestas”, indica.
Grado de afectación
Más allá de esos 12 kilómetros, agrega Ivonne Martínez, lo que impacta es la caída de ceniza, que bajo este tipo de actividad puede alcanzar a transportarse con el viento a más de 50 kilómetros. Por otro lado, complementa, las afectaciones más graves se han dado por la lluvia de ceniza: acumulación de ceniza en techos de baja calidad que provoca colapsos, la pérdida de cultivos, la reducción de visibilidad en las vialidades, entre otras.
“Cabe mencionar que para el año 2000 la`mancha´urbana era mucho menor y las afectaciones resultaron menores por lo mismo. Si la actividad que se está desarrollando ahora alcanza los niveles del 2000, muchas más comunidades tendrán que ser evacuadas y seguramente habrá mayor impacto. Finalmente, debido a la estación del año actual, los vientos están transportando los productos de las plumas volcánicas hacia el este y Puebla ahora es el estado más afectado, pero para el verano la dirección preferencial de los vientos cambia hacia el oeste”, explica la candidata a doctora.
Ahora, ¿por qué el Popocatépetl está activo? Geológicamente hablando, agrega Martínez, el Popocatépetl es un volcán muy joven, formado gracias a la dinámica de subducción de la placa de Cocos debajo de la Norteamericana. Debido a que esta dinámica está activa hoy en día, el sistema que alimenta de magma al Popo también está activo. Lo que justifica que sea el volcán más monitoreado de México, con un equipo de 13 científicos de diferentes especialidades que vigilan su actividad día y noche.
De acuerdo a la volcanóloga mexicana, la investigación volcanológica y el monitoreo de los volcanes activos son la base para aprender a vivir cerca de un volcán activo con el entendimiento de los peligros que estos representan: “Los volcanes se comportan como ellos lo han hecho siempre, pero son nuestras actividades las que nos exponen ante sus manifestaciones. Por lo mismo, el monitoreo permanente es completamente necesario, como también lo es compartir esa información a la población”, concluye.
Fotografías: Ivonne Martínez | Ckelar Volcanes